“Mucho ruido, pocas nueces…”
25 de enero de 1998. Una mañana de enero, lluviosa, un tanto sombría no se esperaba presenciar el último campeonato del equipo de mayor raigambre popular en el país. Barcelona Sporting Club, el “ídolo” del Ecuador, consiguió su última corona con un triunfo ante el Deportivo Quito, que era el más opcionado a campeonar en aquel entonces. Han pasado 12 años desde ese último campeonato y la hinchada pide cambios urgentes en el aspecto futbolístico y dirigencial para poder ser campeón, volver a ser el de antes, el doble vicecampeón de América. 29 directores técnicos, 8 presidentes, 74 jugadores foráneos y no se encuentra la fórmula mágica - futbolística para cumplir dicho cometido, que es lo que más anhelan los hinchas.
“En Barcelona hace falta paciencia, sobre todo de los medios de comunicación que en muchas ocasiones o la mayoría de las veces son más hinchas que los que acudimos al estadio”, enfatiza Alejandro Avelino, integrante de la Zona Norte, una barra creada años después del último campeonato del ídolo. Avelino no deja títere con cabeza y cuenta con la autoridad fanática para esgrimir su descontento, “He acudido al estadio asiduamente desde 1999, paciencia no me ha faltado, me cale a los “Mutantes” (proceso futbolístico comandado por José María Andrade, técnico nacional, que apostó por jugadores de la cantera), intento fallido. Con el Indio Solari (2002, 2003) estuvimos a punto de ser campeones pero nos robaron el título”. Transcurridos 12 años de desconcierto, el único presidente de la institución que ha culminado su periodo es Leonardo Bohrer, quién nos cuenta, “Bajo mi administración hicimos todo lo posible pese a la crisis económica del club en traer jugadores de cartel que es lo que exigía la hinchada con el afán de campeonar. Lamentablemente no se pudo”. Cuándo le preguntamos a Bohrer el por qué no se pudo, lo atribuye a aspectos netamente futbolísticos y extra deportivos. “En el 2002, existía una desconfianza galopante en los réferis nacionales, luego del episodio de Byron Moreno, por eso trajimos árbitros extranjeros en las instancias finales y aún así la suerte no estuvo a nuestro favor. Un arbitraje nefasto brasileño anulo un gol legítimo del “Tanque” Hurtado nos hubiera dado la corona”, lamenta el ex dirigente canario. “En 1999, José María Andrade y la dirigencia apostaron por los jugadores juveniles en un intento por copiar a los “Extraterrestres””, reconoce Avelino, quién continúa con el hacha, “La ausencia de identidad futbolística como la ha tenido Liga de Quito y Emelec, clubes que si respetan los procesos, es el cáncer del Barce”.
Pero aquel proceso futbolístico de los “Mutantes” no es el único que se ha registrado en estos últimos 12 años de sequía. Los “chavales” es un proceso dirigido por el director técnico español, Benito Floro, quién había dirigido al Real Madrid hace muchos años, y que esta vez, con el aval de la dirigencia canaria, capitaneada por Eduardo Maruri y Luis Noboa. “El equipo de la década” bajo ese slogan arribaron Maruri y Noboa, quiénes con más ganas que experiencia, contrataron a los jugadores más destacados del campeonato y jugadores extranjeros que no cuajaron en nuestro medio. La presencia de Rolando Zárate, Marcos Mondaini, Gastón Sessa, Marcelo Delgado y Pablo Santillo en el 2008 sólo representaron gastos económicos sin el menor rédito futbolístico. Zárate ganaba $48.000 dólares, su pase se obtuvo en $900.000 dólares y sólo marcó 5 goles. Cada gol de Zárate le representó a Barcelona $180.000 dólares. “Con ese dinero contrato 15 juveniles argentinos y veo cuál me termina funcionando”, elucubra Avelino, fiel fanático torero. En los últimos 12 años pocas son las excepciones en cuánto a aportes foráneos en el “ídolo”: Carlos Alejandro Alfaro Moreno, el “Diablo” Etcheverry, el Pipa de Ávila y el “Pepo” Morales son los últimos extranjeros en aportar para la obtención de una corona. La presencia del resto “intrascendente” la califica Avelino. Le consultamos al “Beto” a Carlos Alejandro Alfaro Moreno, gerente deportivo bajo la administración de Leonardo Bohrer, lo mismo y responde, “Barcelona es un club en el que nunca ha habido ni habrá paciencia, los hinchas quieren el campeonato”, manifestó urgente el “Beto” con ese acento argentino que no se le va, a pesar de permanecer en territorio ecuatoriano hace más de 15 años. Alfaro recuerda que en el campeonato del 97 si bien los jugadores, (sólo algunos, léase referentes) no eran nacidos del Barcelona existían jugadores referentes como Pancho Cevallos, Jimmy Montanero, Raúl Noriega y Luis Gómez que le inyectaban a la plantilla ese cariño por el club que muy pocos, por no decir ningún jugador le manifiesta en la actualidad a la institución. Si bien Alfaro no culmino el campeonato del 97, habla como el último “ídolo” al interior del otrora Ídolo del Astillero. “No podemos pedirle a los jugadores de ahora que quieran al club, pero si a los dirigentes que tengan paciencia y apuesten por un proceso que tarde o temprano va a rendir sus frutos, campeonatos que es lo que más anhela la hinchada”. El proceso emprendido por Floro con los “chavales” no fue estrictamente futbolístico, se efectuó porque la dirigencia barcelonés gastó $10 millones de dólares en aportes futbolísticos sin el menor rédito (léase, el título), con la excepción de Pablo Palacios, goleador del torneo. “Los procesos dirigenciales deben culminar, se corone o no”, manifiesta Avelino, quién reitera y apela a la paciencia de los periodistas e hinchas que quieren ver campeón al club, “Yo sé que Barcelona es pasión, por ende rating, pero no se puede menoscabar un proceso y mucho menos impedir que se lo inicie. Las críticas del periodismo deportivo influyen para que nosotros los fanáticos no tengamos paciencia”. Clavó el hacha.
Liga Deportiva Universitaria de Quito es el mejor ejemplo de co-mo se debe respetar un proceso. Luego de su descenso a la serie B en el año 2000, tocó fondo, ascendió enseguidilla y hasta el momento ha cosechado 3 títulos locales - 2003, 2005 (apertura) y 2007)-, 5 participaciones en Copa Sudamericana con 2 semifinales (2004, 2009), una Recopa Sudamericana, una final de Copa Libertadores obteniendo la corona con un barcelonista a la cabeza (“Pancho” Cevallos) y bajo la dirección de apenas 4 estrategas, todos ganadores (Julio Assad, Juan Carlos Oblitas, Jorge Fosatti y Edgardo Bauza). La diferencia: una sola dirigencia. Bajo la dirección de Rodrigo y Esteban Paz, Liga de Quito se ha transformado en el mejor equipo de la década. Tanto es el linaje de Liga (Q), que ahora cuenta hasta con hinchas guayaquileños. El periodista de diario El Telégrafo, Mario Rodríguez, deslinda cualquier responsabilidad de los medios para que Barcelona no haya coronado, “Es un problema estrictamente dirigencial y futbolístico, si fuera por la prensa, Brasil no hubiera quedado penta-campeón del mundo con un equipo que no jugaba bonito y todos alguna vez criticamos. Los guayaquileños no tenemos paciencia”. Cómo que Rodríguez tiene complejo de árbol y no se deja por Avelino, “En el diccionario de Barcelona no existen las palabras proceso, paciencia y estabilidad, he allí la razón por la que no es campeón”. Telón lento. ¿Hasta cuándo esperarán los hinchas?, se le consulta a Avelino pero ya no quiero hablar, ya no de lo mismo, cita a Galo Roggiero, ex presidente canario, “Barcelona es un referente emocional para muchos ecuatorianos, así que no me toques ese vals…”
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